Cristianismo

¿Podría ser el “Paráclito”?

Más de catorce siglos han pasado desde que el Profeta de Arabia reclamó ser el sello y último “Mensajero y Siervo” de Allah. La intensidad del debate entre los estudiosos de todas las religiones parece haber aumentado a lo largo de los años y haber adquirido fuerza en los últimos tiempos.

¿Quién fue este hombre? ¿Qué es lo que sus seguidores creían acerca de él? ¿Cómo pueden comprender los demás la eterna devoción a su misión? ¿Qué nos dicen los estudiosos acerca de este hombre, Muhammad (la paz sea con él) y de su mensaje para el mundo?

Durante más de catorce siglos, los estudiosos del judaísmo, del cristianismo y del Islam han estado debatiendo si el profeta Muhammad (la paz sea con él) podría ser, en verdad, un verdadero profeta de Dios Todopoderoso.

¿Fue él el tan esperado “Mesías”, que los judíos han esperando durante tantos siglos?

¿Fue él el profetizado en el Antiguo Testamento de Isaías, llamado en el desierto?

¿Fue él “Ese Profeta” mencionado en el Nuevo Testamento, en el Evangelio de Juan?

Nos gustaría compartir algunas de las conclusiones de las propias fuentes de los estudiosos e invitar al lector a reflexionar sobre estas evidencias.

La más reciente reclamación de revelación procedente del Dios de Abraham, Moisés, David y Jesús (la paz sea con ellos) es la afirmación de Muhammad (la paz sea con él) en relación con el Corán. El Corán afirma que Muhammad (la paz sea con él) es el “Siervo y Mensajero” de Dios Todopoderoso.

Pero lo más importante en relación con el tema que nos ocupa, es que el Corán afirma que Muhammad (la paz sea con él) es mencionado por su nombre en las revelaciones anteriores (es decir, la Biblia). ¿Esta afirmación puede ser comprobada?

Vamos a comenzar por el análisis de la declaración en el Corán que figura en la Sura 61, As Saff (de las Filas), Aleya (verso) 6:

“Y cuando dijo Jesús, hijo de María: ¡Hijos de Israel! Yo soy el mensajero de Allah para vosotros, para confirmar la Torá que había antes de mí y para anunciar a un mensajero que ha de venir después de mí, cuyo nombre es Ahmad*…” Sura As Saf (de las Filas): 6.

* Ahmad es uno de los nombres del Profeta Muhammad, que Allah le dé Su gracia y paz, y significa “El que más alaba”.

Por favor, tome nota del nombre mencionado “Ahmad”. Este es uno de los más comunes entre varios nombres dados al Profeta Muhammad (la paz sea con él) por su propio pueblo.

Ahora veamos al Antiguo Testamento (el Torá de los judíos) y el libro llamado Cantares de Salomón, capítulo 5, versículo 16:

“Su boca es muy dulce; él es totalmente deseable (33) ¡Este es mi amado!
Este es mi compañero, ¡Oh doncellas de Jerusalén!”

Compruebe la nota 33 para descubrir cuál era la palabra que estaba antes y que fue traducida como “totalmente deseable”, y en otras traducciones como “totalmente adorable”.

Se afirma que esta palabra “makhmaddim” (“deseable”) es en realidad la palabra “Akhmad” o “Ahmad”. La razón del énfasis en el sonido de “kh” es pronunciar el sonido difícil de la “H” debido a los dos tipos de “h” en las lenguas semíticas.

Hay una palabra empleada en un párrafo del Nuevo Testamento de la Biblia, que se encuentra en el Evangelio de Juan, capítulo 14, versículo 16, que muchos de los estudiosos musulmanes se refieren a ella como un signo acerca del Profeta Muhammad (la paz sea con él). Vamos a analizarla y luego ver lo que los estudiosos no musulmanas comentan acerca de ella.

“Si ustedes me aman, guardarán 34 mis mandamientos 35, y yo 36 rogaré al Padre y les dará otro Intercesor 37 que permanecerá siempre con ustedes. Este es el Espíritu de la Verdad, que el mundo no puede recibir 38 porque no le ve ni le conoce. Pero ustedes saben que él permanece 39 con ustedes, y estará 40 en ustedes.” Juan 14: 15 – 17.

Notas:

33: Antiguo Testamento, los Cantares de Salomón 5:16. El término “makhmaddim” “deseable” es la forma plural del sustantivo makhmad” “el deseo, lo deseable, valioso objeto”. Al igual que el plural “dulzura” en la línea precedente, este uso del plural es probablemente un ejemplo de intensidad: “muy deseable”.

34 y 35: “Si ustedes me aman, guardarán mis mandamientos…” establece la transición entre las promesas de responder a la oración que Jesús hace a sus discípulos en los versículos 13 y 14, y la promesa del Espíritu Santo, que es introducido en el versículo 16. La obediencia es la prueba del amor verdadero.

36: Aquí (kaiv) (kai) se ha traducido como “y” para reflejar la secuencia en el discurso.

37: “Intercesor” o “Consejero”; “Paráclito” deriva de la palabra griega “paravklhto” (Paráclito). Encontrar una traducción en español adecuada para “paravklhto” es una tarea muy difícil. Ninguna palabra en español tiene exactamente el mismo significado que la palabra griega. “Consejero”, utilizado por algunos en las antiguas versiones parece ser tan vieja como “Wycliffe”. “Consejero” es adecuado, pero demasiado amplia, contextos como “consejero matrimonial” o “consejero de campamento”. “Asistente”  también podría ser utilizado, pero podría sugerir un rango subordinado. “Intercesor”, la palabra elegida para esta traducción, tiene más matices forenses que la palabra griega, aunque en Juan 16: 5 – 11 el contexto forense está ciertamente presente. Porque un “intercesor” es alguien que “intercede” o apoya una posición o punto de vista y dado que esto es lo que haría el Paráclito en cuanto a la predicación de los discípulos, fue seleccionado a pesar de los inconvenientes.

38: “no puede recibir”.

39: “permanece”.

40: “estará”. Algunos textos emplean “ejstin” (estin, “es”) en vez de “estai” “será” aquí, mientras que otros textos, así como varias versiones y Padres, leen el tiempo del futuro. Cuando uno considera las pruebas transcriptas, “ejstin” es de más difícil lectura y explica el aumento de la lectura en tiempo futuro, pero cabe señalar que tanto  66 y D se corrigieron del tiempo presente para el futuro. Si “ejstin” es la lectura original, sería de esperar que algunos manuscritos corrigieran la lectura del presente, cuando originalmente la lectura era en tiempo futuro, pero éste no es el caso.

Cuando uno considera lo que el autor hubiera escrito, el futuro no es el terreno más fuerte. El contexto inmediato (tanto en 14: 16 y en el capítulo en su conjunto) apunta al futuro y la teología del libro respecto a la llegada del Espíritu como un evento decisivo del futuro (véase, por ejemplo, 7: 39 y 16: 7). El tiempo presente podría haber surgido de un error de lectura por parte de algunos escribas o más probablemente por un error en el entendimiento de algunos escribas al reflexionar sobre el papel actual del Espíritu. Aunque es una decisión difícil, el tiempo futuro es probable más auténtico. Para proseguir el debate sobre este tema, véase James M. Hamilton, Jr., “Él está con vosotros y él estará en vosotros” (Ph.D. diss., El Seminario Teológico Bautista del Sur, 2003), 213 – 20.

http://caminoalislam.com/religiones/


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