La miel de la abeja hembra
{Tu Señor les inspiró a las abejas: Habitad en las moradas que hayáis construido en las montañas, en los árboles y en las que el hombre os construya. Luego comed de todos los frutos y transitad por donde os ha facilitado vuestro Señor. De su abdomen sale un jarabe de diferentes colores que es medicina para los hombres. En esto hay un signo para quienes reflexionan} [Corán 16:68-69].
Se desprende de todos estos datos que la miel tiene grandes propiedades “curativas”.
Sin duda es uno de los milagros del Corán que Al-lah, Exaltado sea, ha revelado.
—La miel despeja rápidamente de infección las heridas. Es muy efectiva incluso con cepas bacterianas resistentes a los antibióticos. A diferencia de los antisépticos y los antibióticos no perjudica el proceso de cicatrización debido a efectos adversos sobre los tejidos lesionados.
—El alto contenido de azúcar de la miel saca la linfa de la herida, la cual levanta la suciedad del cauce de la lesión.
—La miel tiene una acción antinflamatoria que reduce la hinchazón en torno de las heridas. Esto mejora la circulación y por consiguiente acelera el proceso cicatrizador. También reduce el dolor. También se reduce la exudación de fluidos de la herida en virtud de esta propiedad antiinflamatoria.
—La miel no se pega a los tejidos heridos sobre los que se aplica, por lo tanto no se arrancan tejidos nuevos ni hay dolor cuando se cambian los vendajes.
—La miel estimula el crecimiento de las células epiteliales que forman la nueva piel sobre una herida que está sanando. De esta forma impide la formación de costras y tejido fibroso, previniendo la necesidad de hacer injertos de piel, incluso en heridas de envergadura.
—La miel estimula la regeneración del tejido involucrado en el proceso cicatrizante. Estimula la formación de nuevos vasos capilares y el crecimiento de los fibroblastos que reemplazan el tejido conectivo en las capas más profundas de la piel, así como la producción de fibras de colágeno que fortalecen la reparación del tejido.
—La viscosidad de la miel provee una barrera protectora que impide que las heridas se infecten. Suministra un ambiente húmedo cicatrizante que permite que las células de la epidermis se regeneren a través del surco de la herida con la superficie de la misma, impidiendo así la deformación de la piel.
La miel se utiliza para curar heridas:
Fuente de vitaminas y minerales: la miel está compuesta por azúcares como la glucosa y la fructosa y minerales como magnesio, potasio, calcio, sodio, cloro, azufre, hierro y fosfatos. Contiene vitaminas B1, B2, C, B6, B5 y B3, variando sus cantidades según las cualidades del néctar y el polen del cual se produjo. Además contiene cobre, yodo y zinc en pequeñas cantidades.
Antioxidante: cualquiera que desee una vida saludable debería consumir antioxidantes. Se trata de compuestos presentes en las células que le permiten librarse de los subproductos perjudiciales de las funciones metabólicas normales. Estos elementos inhiben las reacciones químicas destructivas que provocan la putrefacción de los alimentos y muchas enfermedades crónicas. Los investigadores creen que los productos alimenticios ricos en antioxidantes pueden prevenir problemas cardíacos y el cáncer. Hay poderosos antioxidantes presentes en la miel: pinocembrin, pinobanksin, chrisin y galagin. El pinocembrin es una antioxidante que sólo existe en la miel.
No alberga bacterias: A esta propiedad bactericida de la miel se la denomina “efecto inhibitorio”. Varias son las causas de esta propiedad antimicrobiana de la miel: su alto contenido de azúcar que limita la cantidad de agua que los microorganismos necesitan para crecer, su alta acidez (bajo pH), y una composición que priva a las bacterias del nitrógeno necesario para su reproducción, son algunas de ellas.
Ayuda a la formación de la sangre: la miel provee una parte importante de la energía que el cuerpo requiere para la formación de la sangre. Además ayuda a limpiar la sangre. Tiene también efectos positivos en la regulación y facilitación de la circulación sanguínea. También funciona como protección contra problemas en la circulación capilar y la arteriosclerosis.
Se difunde rápidamente a través de la sangre, constituyendo una rápida fuente de energía. Acompañada con agua tibia la miel se difunde en el torrente sanguíneo en 7 minutos. Sus moléculas de monosacáridos favorecen la actividad del cerebro que es el mayor consumidor de estos azúcares. La miel es un compuesto natural de azúcares como glucosa y fructosa. Según investigaciones recientes esta única combinación de azúcares es la más efectiva para eliminar la fatiga e incrementar el desempeño atlético.
Fácilmente digerible: Debido a que las moléculas de azúcar de la miel pueden convertirse fácilmente en otros azúcares (p. ej. fructosa en glucosa), la miel es digerida con facilidad incluso por los estómagos más sensibles y pese a su alto contenido de acidez. Ayuda a un mejor funcionamiento de los riñones y los intestinos.
La miel es una “cura para los hombres” según lo establecen los versículos anteriores. Actualmente la apicultura y los productos apícolas están despertando el interés de los investigadores en los países más avanzados en el campo científico, y entre los beneficios de la miel se han enumerado los siguientes:
{Tu Señor les inspiró a las abejas: Habitad en las moradas que hayáis construido en las montañas, en los árboles y en las que el hombre os construya. Luego comed de todos los frutos y transitad por donde os ha facilitado vuestro Señor. De su abdomen sale un jarabe de diferentes colores que es medicina para los hombres. En esto hay un signo para quienes reflexionan} [Corán 16:68-69].
El milagro de la miel
No debemos olvidar que es imposible que estos datos sobre las abejas fueran conocidos hace 1400 años. Que Al-lah haya señalado este hecho es otro milagro del Corán.
En la lengua árabe la declinación de los verbos es completa y permite distinguir el género del sujeto, masculino o femenino, tanto en las segundas como terceras personas. Que el Corán utilice sistemáticamente los verbos y declinaciones en femenino al referirse y dirigirse a las abejas indica que conoce que son las hembras las que trabajan en la fabricación de la miel.
Las abejas obreras tienen a su cargo todo el peso de la colonia y, aunque son hembras como la reina, sus ovarios no han madurado y por ende son estériles. Tienen a su cargo diversos deberes como la limpieza de la colmena, el mantenimiento de las larvas y de las abejas jóvenes, alimentar a la reina y a los zánganos, producir la miel, construir los panales de miel y repararlos, ventilar la colmena y resguardarla de ataques, recolectar materia prima como néctar, polen, agua y resina, y almacenarlos.
En las colonias de abejas todos los integrantes tienen asignadas muchas tareas, con excepción de la abeja macho. Los machos o zánganos no contribuyen a la defensa de la colmena o a su limpieza, tampoco a la recolección de alimentos ni a la construcción de los panales o la elaboración de la miel. Su única función en la colmena es inseminar a la abeja reina.
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