El Profeta Muhammad

La moral del Profeta con los prisioneros (Parte I)


Los métodos para tratar con los prisioneros son diferentes según el credo y la religión, o según la sociedad. Aunque, antes de la aparición del Islam, era común que el trato con los cautivos fuera violento, opresor e injusto. No obstante el Mensajero de Al-lâh nunca se alejó de sus virtudes morales naturales, al tratar con ellos, y no recordó nunca que pretendieron terminar con la entidad musulmana, matando al Mensajero de Al-lâh y acabando con todos los musulmanes.

Vamos a ver  unas situaciones de su vida, que nos declaran la magnitud de sus virtudes morales concerniente al trato con los prisioneros de guerra. Una de las situaciones maravillosas, fue lo que ocurrió con los cautivos de la batalla de Badr. Es conocido que esta batalla fue la primera entre musulmanes e incrédulos, y que acabó con la victoria de los musulmanes, a pesar de que eran un número inferior, aún así capturaron su botín y a sesenta hombres de los incrédulos, acerca de los cuales el Mensajero de Al-lâh (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) consultó con sus compañeros que debían hacer con ellos. ‘Amr Ibn Al Jattaâb narró diciendo: “Abû Bakr (Al-lah esté complacido con él) dijo: ¡Mensajero de Al-lâh! son los hijos de nuestros tíos, son de nuestro clan y son nuestros hermanos. Creo que debes pedir un rescate para liberarlos, este dinero será de gran ayuda para luchar contra ellos, y rogamos a Al-lâh que les guíe a Su camino recto y siendo después nuestro soporte.  Luego el Mensajero de Al-lâh me preguntó:» ¿Qué opinas, ‘Omar”? (Al-lah esté complacido con él). No estoy de acuerdo con lo que Abû Bakr ha dicho. Al contrario, quiero que me entregues a fulano, que era uno de los parientes de ‘Omar, y después le cortaré el cuello, entrégame al cautivo ‘Uqaîl ibnu Abî Taleb a ‘Ali, su hermano, para cortarle el cuello, y entrégame a Hamza, su otro hermano, para cortarle el cuello igualmente, y así  Al-lâh sabrá que no queda ninguna misericordia en nuestros corazones hacia los incrédulos. Y estos son sus líderes  y hombres valientes. Al Mensajero de Al-lâh le pareció bien la idea de Abû Bakr y rechazó la mía, de  hecho los tomó como rescate. ([1])


Y a pesar de la descendencia de las aleyas, que comentaron el acto del Mensajero de Al-lah, por haber tratado con demasiada ternura a estos cautivos: [De no haber sido por una prescripción previa de Al-lah, os habría alcanzado un gran castigo por lo que hubierais tomado.] (TSQ, Sura 8, Al-Anfâl «Los Botines de Guerra»: Aleya 68). No obstante eso no era una justificación para el Mensajero de Al-lah, para maltratar a los cautivos o cambiar la decisión que tomó de librarlos ante un rescate, que era calculado según el prestigio y la condición de cada cautivo.

El Mensajero de Al-lah liberó a algunos cautivos como a Ámru Ibn Abî Sufîân tomando en su lugar a Sa´d Ibn Al No´mân Ibn ´Aqâl que había sido cautivado por Abû Sufîân cuando estaba haciendo Úmra «peregrinación menor». ([2])

Algunos cautivos se rescataron a sí mismos pagando un importe de dinero. Y el Mensajero de Al-lah consideraba el estado económico de los cautivos, pues algunos pagaron cuatro mil dírhams como Abî  Wada’a, Abî ‘Azîz, – su nombre completo era Zirâra Ibn ‘Umîr- el hermano de Mos’ab Ibn ‘Umîr. Su madre, que era rica, pagó el rescate por él. Otros como Al’Ábbas Ibn Abdul Motaleb pagó cien pesos de Awqiah, de granos, otros pagaron ochenta pesos de Awqiah,  como en el caso de ´Uqaîl Ibn Abî Taleb y Al’Ábbas Ibn Abdul Motaleb  que fue quien lo pagó por él. Otros pagaron cuarenta pesos solamente. ([3])

El que no tenía dinero de entre los prisioneros, pero sabía leer y escribir, enseñó la lectura y escritura a diez de los musulmanes como rescate.

Ibn Ábbas (que Al-lah Esté complacido con él) dijo: Y estaba entre los cautivos de Badr, de entre los que no tenían dinero, pues el Mensajero de Al-lah cobro el rescate enseñando a los hijos de los Ansâr” ([4])

El Mensajero de Al-lah (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él), también liberó a otros prisioneros, sin tomar rescate ni nada  cambio, como en los casos de Al Motaleb Ibn Hantab, Abî ´Iza Al Sh´âir, Saîfî Ibn Abî Rafâ´a([5])

El Mensajero de Al-lâh (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) también trató bien a Sohaîl Ibn Ómar, uno de los nobles líderes de Qoraysh, y no quiso degradarle o mutilarle aunque podía. ´Omar Ibn Al Jattab quería quitarle los dos dientes delanteros para que no podría dar discursos en contra del Mensajero de Al-lah, que negó y dijo: “Nunca lo mutilaré, si lo hiciera, Al-lah lo haría en contra mía, aunque soy un profeta».([6])

Entre los cautivos también estaba Abû Al ‘As Ibn Ar-raî’, el esposo de la hija del Mensajero de Al-lah ( la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él). Ella envió un collar suyo, el cual le fue otorgado el día de su boda por parte de Jadiÿa, como rescate.  El Mensajero de Al-lah (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él), se sintió muy motivado por su acto, y dijo: “Os doy la opción, si queréis liberarle y devolverle su collar” a lo que dijeron: de acuerdo, Mensajero de Al-lâh (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) y liberaron el cautivo y devolvieron el collar,([7]) y así fue liberado sin rescate.


Estaba dispuesto a liberar a todos los cautivos sin rescate si Al-Mot’am Ibn ‘Udaî, el incrédulo líder, hubiera intercedido, pero este último murió. El Mensajero de Al-lah (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él)  se refirió a esto, según la narración de Al-Bujârî transmitida de Ÿubîr Ibn Mot’am, el cual relató que el Profeta (
la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) dijo de los cautivos de Badr: “Si Al-Mot’am Ibn ‘Udaî todavía hubiera estado vivo e intercedido para liberar a estos prisioneros incrédulos, lo hubiera hecho por él.” ([8]) Y eso es porque Al-Mot’am fue el primero en denunciar el documento del boicot que Qoraysh emitió en contra de los Banu Hâshim, así como resguardó al profeta (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) cuando regresó de Al-Tâ`if

Es evidente que todos los cautivos de Badr fueron liberados en menos de un año después de la batalla de Badr y prueba de ello es que los incrédulos no negociaron sobre este asunto en la batalla de Uhud. [La segunda batalla]

De las grandes situaciones del Mensajero en cuanto al trato con los cautivos, es la situación singular que ocurrió con Zumâma Ibn `Azâl, el cual era uno de los lideres famosos de Banu Hanifa, que deicidio viajar a Medinah para asesinar al Mensajero de Al-lah([9]) pero los compañeros del profeta (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) le capturaron y le llevaron a la mezquita profética. Sin embargo, el Mensajero de Al-lah les dijo: “Tratadlo bien como cautivo” ([10]) y les dijo también: “reunid la comida que tenéis y enviádsela” y de hecho le ofrecieron leche fresca.

El Mensajero de Al-lah trató con el hombre con mucho respeto, educación y perdón. El Mensajero de Al-lah dijo: “¡Zumâma! ¿Qué tienes?” A lo que el hombre respondió: “El Bien, ¡Mohammed!”

El Mensajero de Al-lah lo dejó, y luego volvió por la mañana y le preguntó “¡Zumâma! ¿Qué tienes?” , a lo que respondió: Lo mismo que te he respondido antes.

El Mensajero de Al-lah le dejó por segunda vez, volvió a la mañana siguiente y le repitió: “¡Zumâma! ¿Qué tienes?” y el hombre repitió lo que dijo antes: “si me matas, acabarás con un asesino (en contra de los musulmanes), si eres benevolente, estarás agradecido y si quieres dinero, pídelo.” El Mensajero de Al-lâh finalmente dijo: “Librad a Zumâma”

Zumâma se dirigió a una palmera cerca de la Mezquita, hizo la ablución y luego se entró en la mezquita y dijo: “Testifico que no hay Dios excepto Al-lah y que Mohammad es Su siervo y Mensajero” Por Al-lah, no detestaba antes a un rostro más que el tuyo, Mohammad, pero ahora es el rostro que más amo. Por Al-lah, no detestaba a una religión más que la tuya, pero ahora es  la religión que más amo.  Por Al-lah, no detestaba antes a un país más que el tuyo, ahora es el país que más amo. Vuestros caballeros me tomaron mientras que me dirigía a hacer ‘Omra – peregrinación menor- ¿qué opinas?

El Mensajero de Al-lah le dio albricias y le ordenó hacer la ‘Omra. Una vez el hombre llegó a Meca, le dijeron: ¿Te has extraviado? A lo que respondió, no, pero me he convertido al Islam con el Mensajero de Al-lah. Por Al-lah no os llegará ni un solo grano de Yamama – su país- hasta que el Mensajero de Al-lah lo permita” ([11])

Este trato benevolente por parte del Mensajero de Al-lah creo un buen impacto, hasta tal punto que el hombre se convirtió al Islam, por   Al-lah, el Señor de los mundos sin presión ni obligación. Al contrario, la fe nació tan fuerte en su corazón, hasta el punto que boicoteó a Qoraysh porque combatían al Mensajero de Al-lah (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él), sacrificando una gran riqueza que obtenía del comercio con ellos, y una relación social muy importante que tenía antes con los nobles de Qoraysh.



([1]) Ibn Kazîr: As-Sîra An-Nabawia (La biografía profética) 2/457

([2]) Ibn Kazîr (El comienzo y el final) 3/311

([3]) Ibn Sa‘d: At∙Tabaqât Al Kubrâ (Los sublimes horizontes) 4/14

([4]) Ahmad lo transmitió de Ibn ‘Abbâs (2216), Sho’aîb Al Arnaoût  dijo: es un dicho bueno. Al Hayzamî: Transmitido por Ahmad, de Alî Ibn ‘Âssim pero está lleno de errores y Ahmad lo revisó. Mogama’ Azzwâ`id (El compilador de los apéndices) 4/172  

([5]) Ibn Sayyed An-Nâs: ‘Uyûn Al Azar: Las joyas de las narraciones antiguas 1/352

Al-Hâkim 3/318, Ibn Hishâm: Ibn Hishâm, As-Sîra An-Nabawia (La biografía profética) 3/200 ([6])

([7]) Ibn Sayyed An-Nâs: ‘Uyûn Al Azar: Las joyas de las narraciones antiguas 1/351, 352  

([8]) Al-Bujârî lo transmitió de Mohammad Ibn Ÿubîr Ibn Al-Mot’am que lo transmitió de su padre: El libro “ Al- Jams” (3139), Abû Daûd (2689), At-Tabarânî en su libro “Al Kabîr” –El Grande (1504). Abdul·Razzâq lo relató en su libro “Mosanaf”-Libro de dichos proféticos verificados. Al Bayhaqî lo relató en su libro “As-Sunan Al Kobrâ” – las legislaciones mayores(12616)

([9]) Al Bayhaqî “As-Sunan Al Kobrâ” – Las legislaciones mayores (17810), Ibn Haÿar Al Isâba 1/302, Ibn Al Azîr Asadul Ghâba (El león de la selva)  1/337

([10]) Ibn Hishâm, As-Sîra An-Nabawia: 6/51

([11]) Al Bujârî: El libro de “Las puertas de las mezquitas”,  el asunto de que si el hombre debe hacer Ghusl (Lavarse) cuando entra en el Islam y el asunto de atar al cautivo en la mezquita (4372), Muslim: El libro de la lucha y la marcha, tema de atar al cautivo, presionarlo y tratarle bien. (1764)

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