Mujeres

Alsalam Alaykm (Nour)

 

Soy mexicana y soy musulmana.


Alsalam Alaykm, mi nombre es Nour, nací en una familia católica y crecí y fui educada en colegios católicos. Me fue inculcada una especial devoción por María la virgen y Jesús como nuestro salvador y no tuve duda de ello hasta ya pasada la adolescencia. Nunca hablaré mal de la religión católica, simplemente había cosas sobre la Iglesia como institución con las que empecé a no estar de acuerdo conforme crecí, sin embargo jamás puse en cuestión mi fe, esa fe que se encuentra en mi familia desde muchas generaciones atrás y con la cual, hasta ahora me sentía conforme.
Si hace ocho meses cualquiera de ustedes me hubiera dicho que algún día yo sería musulmana seguramente me habría reído en sus caras pensando que han perdido la cabeza.
Lo primero que pasa por nuestras mentes al escuchar la palabra Islam o musulmán nos trae a la mente una serie de ideas relacionadas con terrorismo e inmediatamente después viene a nuestra mente la imagen de esas mujeres que día con día viven relegadas tras la sombra de sus maridos y la sola idea de imaginarme envuelta en un trapo que parece ser algún tipo de rebozo y andar por ahí con mangas largas, faldas y sin maquillaje me hacía pasar por una serie de sentimientos buenos y malos. Malos desde el pánico hasta la lástima porque sin duda para mí esas pobres mujeres vivían en la opresión, en la oscuridad, en la prehistoria, y buenos de agradecimiento por no pertenecer a la llamada “cultura del terror” y haber nacido en un país libre. Y es que lamentablemente la gran mayoría de nosotros pensamos que el Islam se basa en miedo, amenazas y malos tratos, sobre todo para las mujeres, además de creer que el Dios del Islam es distinto al Dios creador del universo, de Adán y Eva, el Dios del Cristianismo, Catolicismo, Judaísmo, etc. por ser llamado Allah. Qué difícil es empezar a escribir sobre aquél proceso que marca tu vida para siempre. Todo comenzó por la simple curiosidad de conocer Egipto y su cultura, de ahí pasé a descubrir la majestuosidad de la religión en la que viven. Mi historia empieza en Enero del 2010 cuando formalmente me decidí a viajar a Egipto para mi graduación, la cual será, si Dios quiere, en Julio de 2011. Con toda la decisión y emoción comencé a investigar más profundamente sobre todo lo relacionado con éste país, principalmente los lugares turísticos, pues éstos eran mi objetivo principal, después su forma de vida, la manera de vestir, los platillos típicos, las costumbres y todo lo demás, pero había algo relacionado con todos estos aspectos que sin duda lograba hacer ruido en mi cabeza, pues todo tenía una lógica, una guía: la religión. Nunca pensé inmiscuirme en este aspecto y fue sin darme cuenta que ya me encontraba buscando videos sobre los derechos de la mujer, los pilares del Islam, el Corán y escuchando conferencias y lecturas sobre temas Islámicos. Me llamó la atención que contrario a todo lo que podrían pensar los católicos, los musulmanes creemos en Jesús y María la virgen, eso fue lo que me ganchó a seguir investigando, pero ¿cómo era esto posible?.


las preguyntas mas importantes :-


Poco a poco me fui adentrando más, me sumergía horas completas buscando respuestas a preguntas que nacían en mi cabeza: ¿en qué creen?, ¿por qué las mujeres usan velo?, ¿por qué se pueden tener varias esposas?, ¿es verdad que las mujeres son oprimidas?, ¿cómo rezan?, ¿por qué se hace así?, ¿cuál es la razón de sus acciones terroristas?, ¿Quién es Mohammed?(la paz sea con él), ¿Quién es Allah?.

Mis preguntas cada vez eran más profundas y cada vez eran más en cantidad también, para mi desgracia las respuestas para una sola pregunta eran decenas, cientos de ellas, personas dando su punto de vista por todos lados, en cuanto encontraba una respuesta, enseguida encontraba otra y otra, una buena, otra mala. Mi cabeza se llenó de ideas, me confundí y lo que había comenzado como simple curiosidad por conocer una cultura, se había convertido en lo que ocupaba todas mis horas libres. Tenía la necesidad de encontrarle una lógica a todo y al mismo tiempo deseaba ya no seguir buscando pues cada vez la emoción por el descubrimiento aunado a la duda, la desesperación, la confusión se enterraban más y me hacían sentirme desconcertada.

Hasta que llegó el día en que decidí ya no hacer nada, había tantas cosas en mi mente que ya no podía más, era demasiado, estaba cansada de buscar, estaba cansada de encontrar, así que decidí olvidar todo y sólo declara que creo en Dios y nada más, esa era la salida más fácil, podía seguir haciendo lo que quisiera bajo ninguna ley sólo creyendo en Dios. Había ciertas cosas que tenía claras: No hay Dios sino Dios, existen los ángeles y existe un destino elegido por Dios para cada uno. Sin embargo existían dos cosas que no me dejaban vivir y la principal era dejar de creer en Jesús como hijo de Dios, si había pensado que el Islam era una religión hermosa con sus cosas buenas y malas, yo me rehusaba a creer que Jesús(la paz sea con él) no es hijo de Dios sino un profeta y efectivamente nacido de María una virgen.

Por otro lado me negaba a reconocer al profeta Mohamed (las paz sea con él) como el mensajero de Dios pues para mi era un figura desconocida, no tenía un significado en mi vida y no comprendía cómo es que fue él el que recibió el último mensaje de Dios. Así que ese mismo día en que decidí dejar de buscar y únicamente seguir mi camino creyendo en Dios, fue que me encontré con una persona en una red social de repente. Al comenzar a hablar me di cuenta de que se trataba de una persona musulmana, yo nunca había tenido contacto con ninguna persona musulmana y creo que eso era lo que me hacía falta en el momento exacto, a partir de ese día comencé a conocer más y más gente en Internet de todas partes del mundo que me contestaba cada una de mis preguntas con fundamentos, aleyas del Corán, citas bíblicas, etc. Mis dudas se fueron disolviendo y mi tranquilidad se fue recuperando. Jesús(la paz sea con él) es un profeta, ahora lo entendía aunque en el fondo seguía teniendo miedo de traicionarlo, era algo más fuerte que yo pues no es fácil dejar atrás la imagen que siempre habías tenido en la cabeza sobre alguien, y ¿Mohamed? muy en el fondo seguía resistiéndome a reconocer a nuestro profeta, me tomó mucho tiempo encontrar todas las respuestas relacionadas con él, con su vida, con su mensaje, era lo único que me detenía a hacer mi shahada(testimonio de fe) en cuanto hablando de fe me refiero, pues además de eso estaba mi pasado, mi familia, “mis amigos”, las reuniones, mi forma de vestir, etc. un cambio significaba dejar todo eso por un velo, falda larga y no usar maquillaje, no salir y aprender a controlar mis emociones y mi carácter como mujer, además de tener que enfrentar día con día a una sociedad llena de prejuicios, ignorancia y discriminación y yo no estaba preparada para dejar todo eso todavía.

Poco después aprendí a amar a Mohamed nuestro profeta(la paz sea con él) y descubrí el sentido de cada una de las cosas que encierra el Islam, me enamoré por completo de todo el sentido que le dio a mi vida y decidí que estaba lista para regresar al Islam y sí digo regresar por que todos nacemos musulmanes, simplemente nacemos en familias católicas, cristianas, judías, etc.
Ya había estado buscando una mezquita aquí en Monterrey por vario tiempo pero nunca la encontré, así que una vez decidida pensé en llamar a un amiga en Nueva York para hacer mi Shahada por teléfono, cuando momentos más tarde recibí de una amiga pakistaní un link para observar los horarios de oración en mi ciudad y mi sorpresa fue al terminar de observar el horario y leer lo que se encontraba al final de la página encontré la ayuda que me mandaba Dios para seguir con mi camino, ahí justo debajo del horario decía lo que tanto había estado buscando : Comunidad Islámica de Monterrey.

No había mejor señal que esa de que efectivamente ese era mi momento y Dios me estaba guiando. Al día siguiente fui a la mezquita pero estaba cerrada, el guardia me dijo que el encargado llegaba más tarde y me indicó dónde se encuentra su restaurante, así que me dirigí a buscarlo. Fue nuestro Imam (al que guardia había descrito como el encargado) el que me indicó que en las tardes se hacían las reuniones con mujeres, así que volví en la tarde y me encontré con dos hermanas las cuales me recibieron muy amistosamente y me respondieron todas mis dudas, al día siguiente volví, de nuevo realizando más preguntas que por fin eran respondidas, no cabía más duda, estaba decidido, estaba dispuesta a jugarme el todo por el todo aún cuando era presa del miedo de decepcionar a todos aquellos que me rodean al tomar esta decisión, pero había llegado el momento de pensar en mí, en lo que yo quería.
Asshadu anla ilaha ila Allah wa asshadu anna Muhamadan Rasoul Allah (Atestiguo no hay Dios sino Allah y Mohammed es su mensajero)
A partir de que mi corazón pronunció estas palabras a través de mi boca fue que comencé a conocer la verdadera libertad que te brinda ser parte de esta gran familia. A partir de ese momento no he dejado de conocer gente maravillosa, a partir de ese momento no he dejado de aprender, de crecer, de sentirme cada vez más feliz.
Ahora sé que sólo Al-lah pudo haber guiado mi camino, pues sólo él elige a quién guiar. Y lo más importante que hay que aclarar y en lo que puedo concluir es que no importa como lo llamemos Dios, God, Jehová o Al-lah es el mismo Dios el que adoramos.

Enero 2011


Pasaron algunos meses desde que escribí el testimonio pasado, ahora tengo mucho más cosas para agregar a esta historia. Al principio fue muy duro ocultar mi reversión a la familia y debía orar escondida en mi habitación, o en casa de una amiga. Los cambios comenzaron poco a poco, paso a paso. En primer lugar, mi guardaropa, compré nuevas camisetas con mangas largas para usarlas bajo las que ya tenía y no mostrar mis brazos y luego empecé a usar blusones para luego seguirle con las faldas y así, poco a poco también dejé de comer carne de cerdo. Hablé con mis amigos acerca de mi nueva vida y descubrí qué clase de «amigos« tenía cuando me dieron la espalda. Todo lo hice porque estaba realmente convencida pero eso no quiere decir que fue fácil. Shaytán nunca perdió oportunidad de susurrar en mis oídos y hacerme dudar, me sentí débil muchas, miles de veces, «¿Es esto lo que realmente quieres?, Mira a tu alrededor, tienes muchas posibilidades de seguir viviendo ‘libre'», todas estas cosas pasaron por mi mente pero abracé fuerte mi fe y continué. Mi mamá empezó a ver a mis cambios, así que decidí decírselo. Me sorprendió cuando vi que no estaba molesta, pero podía ver que estaba preocupada, así que un día la llevé conmigo a la mezquita y ella me vio con mi velo y hacer oración, también le hizo muchas preguntas a las hermanas a las cuales podía ver que son gente preparada, estudiada, que trabajan y son parte activa en la sociedad y la vi más relajada al respecto. Mi hermano y una de mis hermanas me han apoyado demasiado, no del todo convencidos, pero al menos lo han aceptado.

La guerra real en mi vida comenzó cuando mi hermana mayor se dio cuenta de eso. Ella comenzó a hacer una revolución en mi casa, buscó mucha información mala sobre el Islam y metió ideas a mi mamá hasta ponerla en mi contra. Traté de convencer a mi hermana de dejar de atacarme, pero no pude y todo empeoró a partir de esos días. Atrapé a mi hermana hablándole a mi mamá contra el Islam en muchas ocasiones y una noche la enfrenté. Entré en su habitación y le pregunté directamente: ¿cuál es tu problema conmigo?.

No se pueden imaginar la discusión de tres horas que hubo ahí, me dolío mucho la forma en que atacaron el Islam y a nuestro profeta (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él)

No ha pasado ni un día en paz desde aquel debate, pero aún así, día con día trato de mostrar a mi familia lo que el Islam ha hecho en mi vida. Ellos aún no lo aceptan, pero al menos están tratando ahora, porque ven que estoy realmente convencida y más desde que decidí usar mi hijab en frente de ellos, pues antes tenía que salir de casa sin é y me lo ponía en el coche. Recuerdo su cara cuando me veron, inmediatamente mi padre me pidió que me lo quitara, también mi madre. He perdido muchas reuniones familiares a causa de que mis padres no me quieren llevar con ellos a ningún lugar.
Alhamdulillah por todo, Al-lah me da la fuerza para no ser débil y seguir adelante, nada es suficiente para luchar por Allah. Si pudiera empezar de nuevo, con seguridad haría lo mismo, o pensándolo bien, tal vez sería aún más fuerte desde el principio.

También he tenido problemas en la escuela, pues mi maestro me ataca constantemente desde que se enteró que me convertí, incluso mis calificaciones se han visto afectadas por eso, pero siempre hay que ser fuertes, pues las recompensas que Al-lah nos manda después son más grandes que cualquier sufrimiento, subhanaAl-lah.

Día a día, mi familia se va acostumbrando, aun que sin aceptarlo y espero que puedan encontrar la verdad también, algún día, inshaAl-lah. Ahora tengo ocho meses siendo musulmana, con orgullo y muy feliz. Nada me ha detenido, ni los ataques, ni la discriminación, ni las preferencias, ni siquiera a haber perdido a mis “amigos”. Como nos ha dicho Al-lah en el Corán: los judíos y los cristianos nunca estarán complacidos contigo hasta que sigas su camino Sura de la Vaca 2:120). Por último, sólo puedo decir que si tuviera que clasificar mi vida, sin duda, sería en dos partes: antes y después del Islam, no más, es así de simple. Al-lahu Akbar!

Caminoalislam.com

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