El Profeta Muhammad

El año de la tristeza


La muerte de Abu Tâlib

En Raÿab, el décimo año de la Profecía, Abu Tâlib enfermó y luego murió, seis meses después de terminado el boicot. Narró Al-Musaiiab que cuando Abu Tâlib se encontraba en su lecho de muerte, el Profeta (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) entró a la habitación y vio a Abu Ÿahl y ‘Abdullah Ibn Abi Omaiah. Le pidió a su tío:“Tío mío, tan sólo atestigua de que nada ni nadie tiene derecho a ser adorado salvo Allâh, y podré interceder ante Al-lah por ti”.

Abu Ÿahl y ‘Abdullah Ibn Abi Umaiah le dijeron: “Abu Tâlib, ¿Abandonarás la religión de tu padre ‘Abdul-Muttalib?” El Mensajero de Al-lah (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) repitió su invitación, y lo mismo hicieron Abu Ÿahl y ‘Abdullah Ibn Abi Umaiah, hasta que Abu Tâlib dio su respuesta final diciendo de que permanecía en la religión de su padre ‘Abdul-Muttalib y se negó a profesar de que no hay divinidad salvo Allâh  . A pesar de esto el Mensajero de Allâh  dijo:

“Por Al-lah, seguiré pidiendo perdón por ti a no ser que se me prohíba”.

Entonces Al-lah  reveló las siguientes aleyas:

No es propio del Profeta y de los Creyentes pedir perdón por los idólatras aunque sean parientes próximos, después de haberles aclarado que éstos son moradores del fuego.[9:113]

Se reveló también:

Ciertamente! Tú (Oh Muhammad  ) no guías a quien quieres.[28:56]

Abu Talib protegió el Llamado islámico contra las ofensas y agresiones de los paganos, pero a pesar de ello permaneció en la religión de sus antepasados.

Al-‘Abbas Ibn ‘Abdul-Muttalib narró que le dijo al Profeta (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) : “¿No has sido de ninguna ayuda para tu tío (Abu Talib) a pesar de que solía protegerte y se enojaba por tu causa.” El Profeta (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) le dijo:

“Él se encuentra en el lugar mínimo del infierno, y si no fuera por mi, permanecería en el fondo del infierno.”

Abu Sa‘id Al-Judri narró de que escuchó al Profeta (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) decir cuando se mencionó a su tío:

“Espero que mi intercesión le sea de ayuda, y que sea ubicado en un lugar del infierno donde el fuego solo le llegue hasta los talones.”

La muerte de Jadîÿah

Tan sólo dos o tres meses después de la muerte de su tío, el Mensajero de Al-lah  sufrió otra pérdida: Su esposa Jadîÿah murió en Ramadán durante el décimo año de la Profecía, cuando contaba con sesenta y cinco años de edad, y el Profeta  cincuenta.

Jadîÿah fue una bendición de Al-lah para el Profeta (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) . Ella, a través de veinticinco años, compartió junto a él las dificultades y pruebas de la vida, especialmente durante los diez años de la Profecía. Se vio profundamente apenado debido a su muerte, y una vez comentó con conmovedora emoción:

Ella creyó en mi mientras la gente no creía. Confió en mí cuando la gente me desmintió. Y me ayudó y socorrió, tanto con su persona como con sus bienes, mientras la gente no lo hacía.Al-lah me brindó hijos con ella, y no me los dio con las demás.”.

Abu Hurairah narró que el ángel Gabriel  vino al Mensajero de Al-lah (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) y le dijo: “Mensajero de Al-lah, Jadîÿah viene hacia ti con un recipiente de comida o bebida. Cuando llegue, salúdala de parte de tu Señor, y albríciale con un palacio de joyas en el Paraíso donde no hay ruidos ni dificultades.”

La acumulación del dolor

Estos dos acontecimientos penosos ocurrieron en un breve período de tiempo y causaron mucha pena y sufrimiento al Profeta (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) . Los habitantes de La Meca ahora declaraban abiertamente su intención de llevar a cabo torturas y opresiones. El Profeta (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) perdía toda esperanza de que se encaminen por el sendero recto.

Entonces viajó a Ta’if buscando asistencia. Pero ahí también, fue víctima del maltrato y la intolerancia.

Sus Compañeros recibían inexplicables torturas y opresiones a tal punto de que su mejor amigo, Abu Bakr, para alejarse de estos maltratos, inició su emigración de La Meca a Abisinia (Etiopía) pero Ibn Ad-Dagânah lo encontró en Bark Al-Gamad y lo convenció de que regrese bajo su protección.

La muerte de Abu Talib había dejado al Profeta (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) vulnerable, y los paganos aprovechando esta oportunidad intentaban dar rienda suelta a sus malvadas intenciones de agredirlo oprimirloy torturarlo. Una vez un Quraishita lo interceptó y le arrojó arena en su cabeza. Cuando llegó a su casa una de sus hijas limpió su cabeza y comenzó a llorar. El Profeta (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) le dijo:

“No llores, hija mía. Ciertamente Al-lah protegerá a tu padre.”

Y dijo también (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) :“Los Quraishíes nunca me maltrataron tanto como lo hicieron después de la muerte de Abu Tâlib.”

Debido a tantas desgracias, el Profeta (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) llamó a este período, ‘el año de la tristeza y la angustia’.

Fuente : El libro . La vida del profeta Muhammed.

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba