El Profeta Muhammad

La misericordia del Mensajero (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él)


La misericordia es un atributo que pertenece a Al-lah, Glorificado y Enaltecido sea. Por Su misericordia, envió a Mohammad (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él), como una misericordia para toda la humanidad, para que guíe a la gente, de la oscuridad a la luz.  Al-lâh, Enaltecido y Glorificado dice -lo que podemos traducir como-: [Y no te hemos enviado sino como misericordia para todos los mundos.] (TSQ, Sura 21, Al-Anbiyâ´ «Los Profetas» : Aleya 107).

Por eso el mensajero de Al-lah  decía: “!Oh, gente! Yo soy una misericordia otorgada.” [1]

La misericordia del profeta era para toda la gente en general y para su nación en particular.  Fijamos la vista en el dicho del profeta en el que dijo: “Mi estado con la gente, parece el estado de un hombre que encendió un fuego, y mientras ilumina en torno a él, abrasa a las mariposas y a los insectos que caen quemados en el fuego. El hombre se propone alejarlos, mientras que ellos se lanzan hacia el fuego, y caen quemados. Yo me propongo alejaros del fuego, mientras que vosotros os proponéis lanzaros contra el”. [2]

Se trata de una misericordia, que no tiene precedentes ni iguales en todo el mundo. Su misericordia es para los adultos, los pequeños, los hombres, las mujeres, los próximos, los lejanos, los amigos y también enemigos. Esa misericordia no se limita por lugar ni por tiempo, sino que cabe en todos los mundos a partir del comienzo de su misión hasta el día de la Resurrección. Por eso, el mensajero enseña la virtud de su misericordia a su nación, a través de su dicho: “Ciertamente que Al-lâh  acoge con Su misericordia a Sus siervos misericordiosos” ([3]).

La misericordia, es evidente en todos los dichos y hechos del mensajero (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él). Aquella misericordia no fue fingida, de modo que apareciera en algunas situaciones y en otras no.  Sino que es una misericordia que aparecía espontáneamente en todas sus acciones y en diferentes circunstancias. Así, como sobrepasaba las otras virtudes morales que poseía el profeta y destacaba entre todas ellas.  No es de extrañar, que aquel que reflexiona sobre el Noble Corán, encuentre que la mención de este atributo de la misericordia, se destaque particularmente, sobre las otras virtudes morales.

Fijamos la vista en su misericordia con los ancianos y con los niños. El mensajero (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) dijo: “No pertenece a nosotros aquel que no tiene misericordia con los niños, ni venera a los ancianos” [4] ¡Qué gran sociedad aquella que ha sido educada a manos del profeta y cuyos miembros actúan con misericordia, cumpliendo con los dichos del profeta!

El profeta, (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) también era compasivo y misericordioso con los pecadores, quienes se dirigían a él para confesar sus pecados y para que el profeta, (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) les ayudara a arrepentirse, después de haber excedido en contra de sí mismos.

La biografía del profeta está repleta de pruebas de tales situaciones. Ejemplo de ello es, lo que Abu Horaîra narra diciendo: “Mientras que estábamos sentados ante el profeta, (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) un hombre se dirigió hacia él y le dijo: ¡Mensajero de Al-lah! Me he perdido. El profeta le preguntó: «¿Qué te pasó?» El hombre dijo: “Cometí fornicación mientras estaba ayunando” El mensajero le dijo: “¿Puedes poner en libertad a un esclavo?» El hombre respondió “No, no puedo” El mensajero (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) le preguntó: “¿Puedes ayunar dos meses consecutivos?” El hombre dijo: “No” el mensajero le preguntó: “¿Tienes la capacidad de dar comida a sesenta pobres?” El hombre respondió: Tampoco puedo. El profeta (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) se quedó pensando y mientras tanto, se le acercaron con una bandeja de dátiles. Entonces dijo: «¿Dónde está el hombre?» El hombre dijo: «Aquí estoy». El profeta le dijo: “Tómalo y repártelo como limosna” El hombre dijo: «¿Acaso debo buscar a alguien que sea más pobre que yo? Es que, por Al-lâh, no conozco entre las familias de  Medina una familia más pobre que la mía». El profeta rió hasta que aparecieron sus dientes y luego dijo: «Dáselos pues a tu familia.” [5]

¡Qué misericordia posee el profeta!  Se proponía mostrarle más de un método de expiación para que se arrepintiera, de su pecado sin irritación ni ira. Al contrario, encontró el asunto con sonrisa, que hizo que el pecador que se tranquilizara. Y cuando el hombre le mostró que era capaz de ofrecer expiación, el mensajero (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) no se molestó, sino que le ofreció unos dáteles como limosna que recibió y le dijo que los tomara y los diera en expiación de su pecado.

La misericordia del profeta (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) se expone en el ámbito de la adoración.  Una vez un hombre se dirigió al profeta quejándose: “¡Mensajero de Al-lah! Juro que me he retrasado en el rezo de la madrugada, solo porque el Imán prolongó demasiado la oración. No he visto antes al mensajero, tan irritado como aquel día. Luego dijo: “¡Oh, Gente! Existen entre vosotros aquellos que alejan a la gente de la religión, por sus acciones. Aquel que dirige los rezos, no debe prolongarlos tanto, ya que tras él, están el débil,  el viejo y el que tiene obligaciones». ([6])

La misericordia era también manifiesta en sus tratamientos con los cautivos. La hija de Hatem Al Ta`îy, ([7]) fue cautivada en una batalla contra la tribu de Taî`, y puesta en una tapa al lado de la puerta de la mezquita. Ocurrió que el profeta pasó por este lado. La mujer, que era sensata, se dirigió hacia él y le dijo: ¡Mensajero de Al-lâh! el hijo se murió y el defensor se ausentó, pues concédeme una gracia, que Al-lâh  te conceda una merced. El mensajero (la paz y las bendiciones de Al-lah sean copn él) dijo: “Ya lo he hecho. No te apresures en partir.  Espera hasta que te encuentres alguien de confianza de tu pueblo, que te acompañe, y avísame». La hija de Hatem Al Ta`îy dijo: Permanecí  hasta que vino una delegación de mi pueblo en la que confío. Avisé al profeta y me preparó para el camino con vestido y dinero. Salí con ellos hasta que llegue al Sham (Países de Líbano, Siria, Jordania y Palestina). [8]

Reflexionamos en esta gran situación, en la que se pone de manifiesto el tratamiento humanitario y misericordioso del mensajero con la cautiva. El noble mensajero no la dejó salir a solas, y la pidió que esperarse hasta que se encontrara a alguien de su pueblo, de confianza.

Su misericordia no se limitó a los seres humanos, ya que también alcanzó a los animales, aves e insectos.  En uno de sus dichos, nos informó que Al-lah  ha perdonado a una  prostituta después de que ella hubiera mostrado misericordia hacia un perro.[9] En Su misericordia también cabían las aves, de las que el ser humano no saca beneficio directo. Observamos su misericordia con el pájaro. El mensajero dijo: “¿Quién mató a un pájaro por juego? El pájaro vendrá quejándose el día de la Resurrección ante Al-lah  y dirá: ¡Señor mío! fulano me mató por juego y no lo hizo por beneficio». ([10])

Ciertamente que esta es la misericordia plena, que está libre de caprichos, beneficios materiales y metas personales. ¡Qué misericordia tan maravillosa que borra los dolores y alivia las tristezas!


([1])Ad-Darmî: El prólogo. Parte “Como era el profeta en los comienzos de Medinah. 15. Selîm Asad dijo: cadena de narración verídica. Al Hâkim (100). Dijo: Es un dicho auténtico. At-Tabarânî: Al Mu‘ÿam Al Kabîr  (El Gran diccionario) (5) Al-Albânî dijo: Es auténtico. Véase: Sahîh Al-Ÿâmi (El auténtico, el Compliador.) (2345)  

([2])Al Bujârî: El libro de las delicadezas. Capítulo del abandono de los pecados (6483). Muslim: El libro de las virtudes. Capítulo de su piedad con su nación (6095)

([3])Al Bujârî, transmitido por Usama Ibn Zayîd: Libro de los funerales. Capítulo sobre el dicho del profeta: El llanto de la familia tortura al difunto (1284). Muslim: Libro de los funerales. El capítulo sobre el llanto por el difunto (923)

([4])At-Tirmidî. Transmitido por Anas Ibn Mâlik: Libro de la virtud y la relación. Capítulo sobre la misericordia de los dichos. (1919). Ahmad (6733). Shu‘ayb Al Arna’ut dijo que es auténtico. Al Hâkim (209) y Al Bujârî en la Educación singular (358). At-Tabarânî en el Grande (12276). Abu Ya’lî (4242). Al Albanî dijo: es auténtico. Véase: Sahihul Ÿami’ El auténtico, el Compliador (5445)

([5]) Al Bujârî: El libro del ayuno. El Capitulo sobre que hará si se relaciona sexualmente con la mujer durante el ayuno, mientras que no se posea ninguna cosa para ofrecer como expiación. Si te dieran una limosna, entonces deberías darla como expiación. (1936) Muslim: El libro sobre el Ayuno. Capítulo de la prohibición absoluta de el coito.(1111)

([6])Al Bujârî. Transmitido por Abî Mas’ôud. Libro sobre El llamamiento a la oración. Parte sobre el caso de aquel que se queja del imam por prolongar demasiado la oración. (704). Muslim: El libro de los rezos. Parte de la orden dada a los imanes para no prolongarse demasiado en la oración. (466)

([7]) Sefana Bintu Hatem Al Ta`îy: Su padre era famoso con su generosidad entre los árabes. Véase  Ibn Al Azîr Asadul Ghâba (El león de la selva)  6/146. Ibn Haÿar Al ‘Askalanî. La certeza. Traducción no. 11291

([8])At-Tabarî: La Historia de las naciones y de los reyes (2/188). Ibn Hishâm: As-Sîra An-Nabawia (La biografía profética) 5/276. Ibn Kazîr: As-Sîra An-Nabawia (La biografía profética) 4/123,124

Narrado por Al Bujârî y transmitido por Abû Horayra: Libro del comienzo de la creación, si los insectos  caen en el jarabe. (3321). Muslim: El libro de la Paz. Parte de la virtud que alcanza el que da bebida o comida a los animales que sienten sed o hambre (2245).

([9])Narrado por Al Bujârî y transmitido por Abû Horayra: Libro del comienzo de la creación, si los insectos se caen en el jarabe. (3321). Muslim: El libro de la Paz. Parte de la virtud que alcanza el que da bebida o comida a los animales que sienten sed o hambre (2245).

([10])An-Nasâ’î. Transmitido de Asharîd ibnu Sôaîd (4446). Ahmad (19488). Ibn Habân (5993). At-Tabarânî: El gran diccionario  6/479, y Ashaôkanî dijo: Es un dicho narrado y corregido por algunos imanes. Véase Ashaôkanî. La tormenta 4/380

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