Mi camino de regreso a Allah

Mi nombre es Paola de la Garza (Hadiya Rishwan).
Todas las personas buscamos ese algo que nos da sentido a nuestra existencia, buscamos respuestas para entender porque estamos aquí. Algunas personas hacen caso omiso y simplemente siguen la vida como la sociedad no la tienen prescrita especialmente si nacimos en un país en su mayoría católico-occidental y si eres una universitaria de 23 años lo que menos te cruzara en la cabeza es que 8 meses después estaría cubriendo mi cuerpo usando por primera vez el hijab o velo islámico como símbolo de mi reencuentro con Dios..con Al-lah.
La historia comienza en el 2008 un día normal como todos sin esperar nada me encontré con un mensaje en Facebook de mi ahora esposo .En ese entonces o apenas aprendía a usar la red social y que abrí por presión de mis amigos de digamos actualizarme, al principio no me llamaba la atención y tenía aplicaciones preinstaladas que rayaban en lo ridículas como que fuiste en tu vida pasada, que animal se parece a ti o “compare hotness”o en español algo así como comparar el atractivo; esta si aunque resulte chistoso y casi impresionante como algo tonto y banal que tomaba usuarios de todo el mundo y comparaba su compatibilidad de acuerdo a fotos y perfil emitiendo un porcentaje me llevaría al Islam.
El mensaje decía “hola” no tenía casi contactos salvo mis mejores amigos y compañeros de la universidad entonces analice el mensaje solo venía su nombre y el lugar de origen: Karachi, Pakistán..Si Pakistán sinceramente no sabía en que lugar del mapa exactamente estaba solo me sonaba a Afganistán o algún país “istán” obvio musulmán o talibán, en fin mi naturaleza siempre es de aprender cosas nuevas en ese entonces tenía un año y fracción en vuelta en el budismo y por unas y otras razones simplemente dije porque no se ve agradable y lo agregué. Ese día conteste su mensaje con un hola como estás y fue el inicio de mi viaje personal que aunque no lo sabía aún cambiaría mi vida por completo, para siempre.
Los días pasaron, los meses, y ese desconocido de aquel lugar lejano se convirtió en poco tiempo en mi mejor amigo , mi confidente y lo más importante en mi guía al Islam púes siempre hablaba muy educadamente , era agradable pero sin cruzar la línea de amistad sin ningún interés o ganancia diariamente me enseñaba algo nuevo del islam, me leía el sagrado Quran o hadith y poco a poco me di cuenta que el islam me daba la paz y la felicidad que tanto había buscado.
Pasaron casi ocho meses cuando después de Ramadan me di cuenta que no podía pretender más que mi vida como la llevaba me satisfacía por lo que decidí hacer o tomar Shahada que es el juramento de fe donde se acepta que no hay más que un solo Dios como Al-lah y que Muhammad (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) es su mensajero partir de este momento oficialmente ya era musulmana , realizar mi Salah ( oraciones) y tome el cambio más radical por lo menos para los que vivía a mi alrededor:
El hijab
Muchos pensaron que estaba en una fase extrema de mis tantas locuras y demencias existenciales y que pasaría con el tiempo otros se asustaron más como mi Padre y no dudo en darme una copia del libro y la película de “No sin mi hija” donde relatan la historia de una madre atrapada en Irán con un esposo golpeador.
Críticas, malas caras y risas fueron el pan de cada día pero nada que fuera insoportable, pues como buena estudiante, perfeccionista, de carácter sumamente fuerte, obstinado y aferrado eso no me haría desistir.
Y así fue cada vez me acercaba más al Islam y con ello otra idea surgía el de aprender más y más de él y también pensaba en mi futuro me casaría con quien haría mi familia .Mi “amigo” y yo platicamos de las posibilidades de casarnos pero veíamos que sería casi imposible , aún así quise intentarlo; Esto me hizo tomar un paso aún más arriesgado: ir a Pakistán.
Después de mucho esfuerzo para reunir el dinero, problemas con la visa y oposición de mi familia y advertencias como un “ será difícil para ti o mejor ven después” de parte de mi mejor amigo en Pakistán con quien viviría y su familia, simplemente no me importo y en el mes de febrero del 2009 mi mamá y mis mejores amigos junto con mi hermano me despidieron en el aeropuerto con lagrimas en los ojos tal vez pensando que jamás me volverían a ver. Me fui a Pakistán.
Viajé casi 30 horas entre múltiples vuelos y paradas en más de tres aeropuertos, cuando finalmente llegue simplemente no lo podía creer, mis ahora cuñadas fueron por mí , mi amigo estaba en el trabajo llegaría en la noche.
A las once de la noche llegó y al verlo supe que el sería el padre de mis hijos aunque el probablemente ni siquiera podía pensar manteníamos nuestra distancia y siempre había familia alrededor.
No les mentiré fueron meses maravillosos llenos de una nueva cultura, de aprendizaje y de escuchar el Adhan o la llamada a la oración diariamente lo cual yo consideraba una bendición y un lujo para una mexicana que hace unos meses ni idea tenía de que acabaría ahí aún así hubo días difíciles , tuve problemas serios con mi visa, gaste más de mi presupuesto estimado, me encontré que el islam es perfecto pero no las personas y que la cultura y superstición como en todo lugar empaña la belleza del islam, y por último pero no menos doloroso mi amigo y yo por más que intentamos convencer a su familia a lo largo de los siete meses de mi estadía en Pakistán no fue posible casarnos.
Regrese a México con el bolsillo y el corazón vacío, sin esperanzas de volver a regresar.
El regreso tampoco fue fácil readaptarme aunque muchos lo duden a la cultura “western” no fue menos difícil que acoplarme a Pakistán para ese entonces ya tenía conocimientos más afianzados, un nivel básico de lectura del árabe y mi Eeman o fe en Al-lah fortalecida ,aún así me sentía perdida sin saber que pasaría.
Pero Al-lah tiene sus planes ,encontré trabajo rápidamente en otra ciudad con un sueldo bastante decente y lo más importante me permitían usar hijab lo que me hacía sentir más relajada. Pase casi un año en mi nuevo trabajo vivía sola en un pequeño pueblo, trabajaba más de doce horas al día , sin familia, sin amigos, sin musulmanes alrededor, algunas noches simplemente lloraba y lloraba pero tenía una meta fija en mi mente: regresar a Pakistán y vivir en el islam.
Para el mes de noviembre del 2010 me encontraba nuevamente en el aeropuerto con una visa de trabajo a Pakistán que por poco no consigo para trabajar en una farmacéutica como microbióloga y con mi familia “paki” preparando la boda si finalmente aceptaron y mi futuro esposo se había finalmente graduado y encontrado trabajo, por lo que teníamos luz verde para realizar el Nikkah o matrimonio islámico.
Nos casamos un 26 de noviembre vestí el traje tradicional de boda color rojo lleno de pedrería, fue una boda pequeña de no más de cien personas. No fue perfecto pero aún finalmente nos casamos.
Para diciembre del 2010 inicié mi trabajo en Pakistán lo cual me distraía y por las tardes dos veces por semana iba a casa de mi jefe para que su esposa alemana y graduada en estudios islámicos me enseñara a aprender a leer más fluidamente el árabe. Lo aprendí aunque no tan fluidamente como hubiera esperado.
Fueron meses difíciles vivíamos en condiciones precarias muy frecuentemente sin luz y agua , me embarace para junio del mismo año tristemente perdía al bebé dos meses después lo cual fue muy doloroso para mi y mi esposo. Había peleas, me cansaba me aturdía muchas veces no entendía que había pasado con mi vida otras daba gracias de estar entre musulmanes de poder rezar en una mezquita o de tener un chiken roll de garlic mayonnesse halal.
Entre tanto altibajo por gracia de Al-lah volví a embarazarme para fines del 2010, esta vez realmente me enferme vomite seis meses de mi embarazo y tres veces acabe en emergencias por cólicos renales a causa de múltiples piedras en los dos riñones. Al parecer Al-lah tentaba mi fe a cada paso que daba y solo me hace recordar el día de hoy un dicho de un sabio sufí muy famoso: Rumi , que a mi esposo le gusta mencionar “ si te irritas por cada roce como serás pulido. No perdí la fe y por consiguiente no perdí la calma.
Los meses pasaron renuncié a mi trabajo para cuidar a mi hija pero las condiciones en Pakistán no mejoraban, ya pasaba de 2013 cuando empecé a tener serios problemas migratorios por no poder regularizar mi estancia en Pakistán entre otras situaciones nos hizo tomar la decisión de intentar suerte en México. Era el mes de abril y era mi última noche en esa caso donde inicié mi familia donde aprendí lo que se del islam donde se quedarían atrás mi familia que aunque no era de sangre dejaba con lagrimas a las personas que me abrieron su casa, su fe y su corazón a una desconocida a la que ahora llaman hija.
Pero antes gracias a él mejor cuñado que Al-lah pudo darme decidió que antes de partir debíamos ir a hacer Umrah o la peregrinación menor a la casa de Allah lo cual aún hoy en día encuentro casi increíble que a mi corta edad como muslim ya tuve la oportunidad de ver con mis propios ojos el lugar más hermoso que existe,todavía atesoro estos recuerdos en mi corazón con la esperanza de un día no muy lejano regresar.
Hoy nos encontramos aquí, si aquí en México hace un mes cumplimos un año de haber llegado con lo que teníamos en la cartera y que gracias tanto a mi familia como la familia de mi esposo pudimos empezar de nuevo de cero , no somos ricos, ni tenemos lujos , hemos tenido problemas algunos tan severos que pensé que ni la musulmana mas apegada a Dios lo soportaría pero aquí estoy luchando por no ejar caer mi fe, ni mi familia que aunque no es fácil vivir en un país no islámico donde hay poco acceso al conocimiento o no hay musulmanes alrededor, Alhamduliallah Al-lah me a rodeado de personas maravillosas como mis hermanitas en fe que cada día nos volvemos más unidas ,un esposo que me apoya a pesar de mis aciertos y mis errores y de mi hija que me da la fuerza para ser una mejor muslimah cada día por que algún día quiero que diga…me gustaría ser como tú.. mamá.
Traducción: Adel R.Ahmed
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