Muhammad (que Al-lâh exalte su mención) en la Biblia [2]
¿EL QUR’AN (CORÁN) PREDICHO EN LA BIBLIA?
Durante veintitrés años, la palabra de Dios (el Corán) fue puesta verdaderamente en la boca de Muhammad. Él no era el «autor» del Corán. El Corán le fue dictado por el Ángel Gabriel, quien le pidió a Muhammad que simplemente repitiera las palabras del Corán tal como él las oyó. Estas palabras fueron encomendadas a la memoria y a la escritura por aquellos que las oyeron durante el tiempo de vida de Muhammad y bajo su vigilancia.
¿Fue una coincidencia que el profeta «similar a Moisés» de los «hermanos» de los Israelitas (es decir los Ismaelitas) fue también descrito como uno en cuya boca pondría Dios sus palabras y él hablaría en nombre de Dios, (Deuteronomio 18:18-20)? ¿Fue también una coincidencia que el «Paracleto» que Jesús predijo que vendría después de él fue descrito como uno que no «hablaría por sí mismo, sino todo lo que él oyera, eso hablaría…»(Juan 16:13)?
Hubo otra coincidencia y es que Isaías es el lazo entre el mensajero conectado con Ke’dar y una nueva canción (una escritura en un nuevo idioma) para ser cantada hacia el Señor (Isaiah 42:10-11). Más explícito, profetiza Isaías «porque con labios tartamudos y en lengua extraña hablará a este pueblo» (Isaías 28:11). Este último verso describe correctamente los labios» tartamudos del Profeta Muhammad reflejando el estado de tensión y concentración que atravesó en el momento de la revelación. Otro punto relacionado es que el Corán se reveló de a poco por un lapso de veintitrés años. Es interesante comparar esto con Isaías 28:10, que habla de lo mismo.
AQUEL PROFETA – PARACLETO – MUHAMMAD
Hasta el tiempo de Jesús, los Israelitas estaban todavía esperando a aquel profeta como Moisés, profetizado en Deuteronomio 18:18. Cuando Juan el Bautista vino, ellos le preguntaron si él era Cristo y él dijo «No». Ellos le preguntaron si era Elías y dijo «No». Entonces, en clara referencia a Deuteronomio 18:18, le preguntaron «Eres tú el Profeta» y él contesto «No». (Juan 1:19-21).
En el Evangelio según Juan (Capítulos 14, 15, 16) Jesús habló del «Paráclito» o consolador que vendría después de él, quien sería enviado por el Padre como otro Paráclito que enseñaría nuevas cosas que los contemporáneos de Jesús no podrían llevar. Mientras el Paráclito se describe como el espíritu de verdad (cuyo significado se asemeja al famoso título de Muhammad, Al-Amin, el fidedigno), se identifica en un versículo como el Espíritu Santo (Juan 14:26). Tal designación es sin embargo inconsistente con el perfil de aquel Paráclito. En las palabras del Diccionario de la Biblia, (Ed. J. Mackenzie) «Estos artículos, debe admitirse, no dan un cuadro completamente coherente».
De hecho la historia nos dice que muchos de los primeros Cristianos concibieron al Paráclito como un hombre y no como un espíritu. Esto podría explicar lo siguiente que respondieron a algunos que aseveraban, sin acordar con el criterio estipulado por Jesús, de ser el «Paráclito» esperado.
Fue el Profeta Muhammad (Que Al-lâh exalte su mención) quien era el Paráclito, el Confortador, el auxiliador, el amonestador enviado por Dios después de Jesús. Él testificó de Jesús, enseñó nuevas cosas que no podrían haberse sostenido en la época de Jesús, habló lo que oyó (la revelación), mora con los creyentes (a través de sus enseñanzas bien preservadas). Tales enseñanzas permanecerán para siempre porque él fue el último mensajero de Dios, el único Mensajero Universal para unir a la humanidad entera bajo Dios y en el camino de la verdad CONSERVADO HASTA NUESTROS DIAS. Él contó muchas cosas por venir, las “que ocurrieron” en una reunión de detalles minuciosos, criterio dado por Moisés para distinguir entre el verdadero y los falsos profetas (Deuteronomio 18:22). Él amonestó al mundo del pecado, de justicia y de juicio (Juan 16:8-11).
¿FUE PROFETIZADO EL CAMBIO DE LIDERAZGO RELIGIOSO?
Siguiendo al rechazo del último profeta Israelí, Jesús, ya estaba cerca el tiempo en que la promesa de Dios a Ismael de hacer una gran nación se cumpliera (Génesis 21:13, 18).
En Mateo 21:19-21, Jesús habló de la higuera estéril (Un símbolo Bíblico de herencia profética), que sería quitada después de haberle sido dada una última oportunidad de tres años (la duración del ministerio de Jesús) para dar fruto. En un versículo posterior del mismo capítulo, Jesús dijo: «Por consiguiente a ti te digo, el Reino de Dios te será quitado y dado a una nación que dará fruto” (Mateo 21:43). Aquella nación de los descendientes de Ismael (la piedra rechazada en Mateo 21 :42) que fue victoriosa contra todos los super-poderes de su tiempo tal como fue profetizado por Jesús: «Y quienquiera que caiga sobre esta piedra será quebrantado, pero sobre cualquiera que ella caiga, lo molerá hasta hacer polvo». (Mateo 21:44)
¿COINCIDENCIA FUERA DE CONTEXTO?
¿Sería posible que las numerosas profecías aquí citadas sean todas ellas tanto en forma individual y combinadas malas interpretaciones fuera de contexto? Por el contrario es verdad que, tales versículos infrecuentemente estudiados, reunidos apropiadamente en forma consistente y clara apuntan al advenimiento del hombre que cambió el curso de historia humana, el Profeta Muhammad (Que Al-lâh exalte su mención). ¿Es razonable concluir que todas estas profecías, que aparecen en los diferentes libros de la Biblia y mencionadas por varios profetas en momentos diferentes fuera todo coincidencia? ¡Si esto es así, aquí hay otra extraña «coincidencia»!
Uno de las señales del profeta que viene de Paran (La Meca) es que él vendrá con «diez mil santos» (Deuteronomio 33:2). Ése era el número de creyentes que acompañaron al Profeta Muhammad a Paran (La Meca) en su retorno victorioso, a su lugar de nacimiento, para destruir los símbolos restantes de idolatría en la Ka’bah.
Dice Dios citado por Moisés:
Y ocurrirá, que a cualquiera que no oyere mis palabras que él hablare en mi nombre, yo le pediré cuenta. (Deuteronomio 18:19).
Estimados Lectores:
Que la luz de la verdad brille en sus corazones y mentes. Que esta los lleve a la paz y la certeza en esta vida y la beatitud eterna en el más allá.
AMEN.