Mujeres

Testimonio

 

 

En esta historia mi nombre resulta irrelevante, soy una mexicana de  29 años egresada de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de UNAM y actualmente trabajo en una institución gubernamental. Nací en una familia católica y nunca tuve la intensión de cambiar mi religión, pero alhamdulilllah (gracias a Dios) hoy soy musulmana y soy muy feliz.

La primera referencia que tuve del islam no fue buena porque estaba basada en dos películas que me hicieron desear jamás poner un pie en ningún país islámico, particularmente Turquía que fue donde se desarrollaba una de las historias.


Solía hacer muchas amistades en Internet y estaba muy en boga la red social Hi5, ahí me hice amiga de un chico, cuyo nombre omitiré por respeto, y luego de un tiempo me di cuenta de dos cosas: era musulmán y además vivía en Turquía, eso rompió con mis esquemas.

Antes de conocer al turco los musulmanes eran para mí gente fanática y retrograda, pero él no era nada de eso, al contrario: era el chico de 19 años más amable y educado que había conocido y además era muy inteligente.
Pero como toda regla tiene su excepción yo quería estar segura de que él no era la excepción. No me cabía en la cabeza que las películas, los noticiarios e incluso los medios impresos mintieran. Entonces me puse a buscar musulmanes de otras partes del mundo: Argelia, Egipto, Marruecos y Arabia Saudita; todos tenían el común denominador de la buena educación, la amabilidad y la inteligencia.

El turco y yo comenzamos una relación sentimental a distancia. Él contestaba mis dudas respecto al islam porque me gustaba aprender, pero siempre le advertí que jamás me cambiaría de religión porque yo estaba convencida de mi fe. Cuatro meses después el “compromiso”terminó pero aún conservaba la amistad de varios musulmanes, quienes seguían explicándome de la religión.

Todo iba bien hasta que en 2010 me dijeron que en el islam Jesús (paz y bendiciones) era un profeta, eso me ofendió tanto que me obsesioné con buscar algo con lo que pudiera demostrarles que estaban equivocados. Me acerqué al catolicismo y me ignoraron, luego entré a un foro cristiano donde  hablaban muy mal de otras religiones y se me ocurrió compartirles que los musulmanes eran buenas personas. El  administrador me dijo: “Este es un foro cristiano si no te gusta, vete”, y me fui.

Para entonces le había dado mis datos a un egipcio que se ofreció a enviarme libros en español para comprender mejor el islam, yo acepté porque no sabía que había musulmanes en México.

Recibí varios libros y uno de ellos, “El verdadero mensaje de Jesús”, parecía darme la oportunidad perfecta para “hundir” los argumentos de  los musulmanes. Tomé el libro y como en él hacían citas bíblicas decidí cotejar uno a uno los fragmentos mencionados. Mi fé católica se desvaneció página tras página; cuando terminé el libro no sabía si era musulmana, pero sabía que ya no era católica.

La duda no duró demasiado, busqué en la red qué se debe hacer para convertirse al islam y encontré la shahada: “Asshaduan la illahailAllah, wa asshadu anna Muhammadan rasullulah” (Atestiguo que no existe divinidad excepto Allah y que Muhammad es su siervo y Mensajero). Mi corazón se agitaba con la idea de pronunciarla y lo hice, lo hice tantas veces que me la aprendí y como el católico que por reflejo se persigna cuando siente temor, yo repetía la shahada cuando algo me ponía nerviosa.

Poco después me llevé una grata sorpresa al encontrar a un musulmán mexicano en Facebook quien finalmente me llevó al Centro Educativo de la Comunidad Musulmana en la colonia Anzures, en Distrito Federal y una semana después hice mi shahada ante la comunidad.

Al principio mi mamá se desconcertó demasiado con la noticia, incluso dijo sentirse decepcionada de mí por buscar  a Dios en otra religión antes que en la mía, ella desconocía todo el proceso que había llevado previó a mi shahada.

Poco a poco  mi familia comprendió que había tomado una decisión muy seria y que no iba a cambiar de opinión.  El primer cumplido que recibí  cuando usé el velo por primera vez fue y será por siempre el más especial, porque vino de mi madre.

Traducción: Adel R.Ahmed

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