Para aquellos que sinceramente buscan la verdad
Para aquellos que sinceramente buscan la verdad
En el nombre de Al-lâh, el Más Clemente, el Más Misericordioso
Todas las alabanzas a Al-lâh. Lo adoramos, imploramos Su ayuda, y Su Perdón. Nos refugiamos en Al-lâh del mal de nuestras almas y del mal de nuestras acciones. Quien sea guiado por Al-lâh, nadie lo puede desviar. Y quien Al-lâh haya permitido desviarse, nadie lo puede guiar. Yo atestiguo que no existe nada que merezca adoración sino Al-lâh, Sólo y sin ningún asociado, y atestiguo que Muhammad es Su esclavo y Mensajero.
Querido buscador de la verdad,
¿Eres sincero? ¿Si conocieras pruebas que contrahicieran algo que previamente habías aprendido, permanecerías fiel a la falsedad o le darías la bienvenida y serías fiel a la verdad? Para seguir.
Sepan, mis queridos hermanos y hermanas, que el Islam significa someterse a la voluntad del único Dios que merece ser adorado. Ese Dios es nuestro Creador, que nos creo y nos ordena adorarlo. Y un musulmán es alguien que se somete a la voluntad del Creador Único, quien nos dará una prueba en el Día del Juicio basada en nuestra obediencia de Sus Leyes (no las que creamos para nosotros mismos). El nombre propio de ese Creador es Al-lâh (significa al Único que se le debe adorar en árabe), el que se merece toda alabanza.
Al-lâh, (El Exaltado) envió un profeta a cada nación para enseñarle a los seres humanos el bien y el mal, y para advertirles de adorar a falsos ídolos. Relatando el mensaje de Al-lâh, los profetas les dieron la buena noticia del Paraíso eterno a aquellos que obedecen, y les dieron una advertencia severa del infierno eterno a aquellos que niegan la verdad cuando se les presenta.
Todos los profetas, desde Adán (el primero) hasta Muhammad (el último), incluyendo Noé, Abraham, Moisés, Jesús el hijo de María, y otros más (Que Al-lâh Exalte su mención), fueron dados una misión monoteísta. Al-lâh (Majestuoso y Poderoso) envió a todos los profetas con el mismo mensaje básico, ordenando a establecer la religión y no hacer divisiones. Su mensaje fue uno: alabar a Al-lâh Sólo, sin copartícipes. Todos los profetas elegidos por Al-lâh, claro, se sometieron al Único Señor, y fueron musulmanes por significado, creencia, acción, y carácter.
El Mensajero Muhammad (que Al-lâh Exalte su mención) dijo, “En este mundo y en el más allá, yo soy la persona más cerca de Jesús, el hijo de María (la paz sea con él). Los profetas son hermanos paternos; sus madres son diferentes, pero su religión es una.”
Esa religión es Islam. Al-lâh ha revelado que Él es Uno, el Único, sin copartícipes, sin padres ni hijos ni familia, el Autosuficiente, de quien toda la creación depende, y nada ni nadie comparte en Su divinidad. Él es Único, Indivisible, completamente Perfecto, ve todo, sabe todo, y oye todo, es el Más Sabio, Más Misericordioso, y solamente Él nos da la vida y la salud, solamente Él nos protege, nos hace morir, y nos juzgará. Negando alguno de estos atributos divinos es no creer. Y sepan, que Al-lâh les guíe, que solo Al-lâh puede perdonarlos y recompensarlos con el Paraíso, y solo Al-lâh puede castigar con el Infierno. Y sepan con seguridad que Al-lâh es Justo.
¿Tendría sentido que el Único Dios enviará profetas con diferentes mensajes, informando a algunas personas que Él es Uno, a otros que Él es tres en uno, a otros que Él es el sol, a otros que Él es la luna, o una estrella, o una vaca, o un ángel, o un hombre, y más? No tendría sentido. Al-lâh intenta el bien, no la confusión, para aquellos que son sinceros.
Al-lâh también reveló cinco escrituras conocidas para guiar a los seres humanos: los Manuscritos a Abraham, la Torá a Moisés, los Salmos a David, el Evangelio (no la Biblia) a Jesús, hijo de María, y ultimadamente, el Corán a Muhammad (que Al-lâh exalte su mención).
Cada revelación que Al-lâh envió anulo a las previas. Entonces cuando Al-lâh le revelo a Jesús el Evangelio, el hijo de María les informó a los hijos de Israel que el Evangelio fue enviado para confirmar a la Torah pero también para reemplazarla, haciendo algunas cosas lícitas que previamente eran ilícitas.
El Corán es la última revelación de Al-lâh, confirmando las escrituras anteriores, y anulándolas. El Corán es la culminación de la religión de Al-lâh, el Islam, no es su comienzo. Así que aunque no se hubiesen perdido o corrompido las revelaciones divinas anteriores por las manos de seres humanos, usted y yo como quiera estaríamos requeridos a obedecer las leyes del Corán, la revelación por la cual serramos juzgados nosotros al igual que nuestros padres.
Cada profeta antes del Mensajero Muhammad (quien fue profetizado en las escrituras anteriores que han sido desde entonces cambiadas para esconder, entre otras cosas, la identidad de Muhammad) fue enviado únicamente a su nación. El Mensajero Muhammad (que Al-lâh exalte su mención) fue el último de todos los profetas y fue enviado a toda la humanidad.
El Profeta Jesús, el hijo de María (la paz sea con ellos) les informó a los hijos de Israel sobre la llegada de un Profeta iletrado quienes ellos debían seguir.
Así que si estuviésemos vivos en el tiempo de Jesús, el hijo de María, tendríamos que obedecer las ordenes y vivir por las leyes del Evangelio, seguir (no adorar) a Jesús, y adorar solo a Al-lâh. Si estuviésemos vivos en el tiempo de Moisés, fuéramos responsables por vivir por las leyes de la Torah, seguir (no adorar) a Moisés, y adorar solo a Al-lâh. Hoy en día, vivimos en el tiempo de Muhammad, y tenemos la obligación de vivir por las leyes del Corán, seguir (no adorar) a Muhammad, y aún solo adorar a Al-lâh. [Que Al-lâh exalte la mención de Jesús, Moisés, y Muhammad.]
Jesús, el hijo de María, quien fue creado, no fue un dios ni el hijo de Dios. Al-lâh (el Exaltado) decretó que Jesús, hijo de María, hablara en su cuna, uno de los muchos milagros de Al-lâh para los hijos testarudos y trasgresores de Israel.
Él [‘Isa (Jesús)] dijo, “Entonces [Jesús] habló: Por cierto que soy el siervo de Al-lâh. Él me revelará el Libro y hará de mí un Profeta. Seré bendecido dondequiera me encuentre, y me ordenará hacer la oración y pagar el azaque mientras viva. Y me hará benevolente con mi madre. No dejará que sea soberbio ni rebelde. La paz fue conmigo el día que nací, será conmigo el día que muera y el día que sea resucitado.” [Mariam 19:30-33]En los próximos cuatro aleyas del sura del Corán llamado Maryam, por el nombre de la madre de Jesús, Al-lâh da una advertencia severa. Pues Dica Al-lâh: “Éste es Jesús, hijo de María, es la verdad sobre la que ellos dudan [la Gente del Libro]. Al-lâh no ha tenido un hijo. ¡Glorificado sea! Cuando decide algo dice: ¡Sé!, y es. Por cierto que Al-lâh es mi Señor y el vuestro, ¡Adoradle, pues! Éste es el sendero recto. Pero discreparon las diferentes sectas [sobre Jesús]. Ya verán los incrédulos cuando comparezcan [ante Al-lâh] en un día terrible.” [Mariam 19:34-37]Jesús, hijo de María, fue un mensajero que nació y comió como nosotros comimos. Sepan con seguridad que su Señor no nació, ni fue creado, ni come. Jesús, el hijo de María, fue enviado solamente a los hijos de Israel, y se les aclaro que los Milagros no venían de él, sino de Al-lâh, para que la gente creyeran. Jesús le dijo a su gente que adoraran a Al-lâh solamente, nunca les dijo que lo adoraran a él ni a su madre, María. Después de que Al-lâh salvará a Jesús del complot de la crucifixión, la gente cambió el mensaje del Islam y así nació el Cristianismo.
Jesús, el hijo de María, el que ni murió en la cruz ni en cualquier otro lugar, un día regresará a la tierra, por el Permiso de Al-lâh, para establecer la verdad de acuerdo con la ley del Corán antes de morir, como cada otro ser creado. El Profeta Muhammad (que Al-lâh exalte su mención) dijo: “Por Aquel que sostiene mi alma en Sus Manos, verdaderamente el hijo de María pronto descenderá ante nosotros y juzgará a los seres humanos justamente (como un juez justo); él romperá la cruz y matará a los cerdos y no habrá Yiziah (o sea impuestos cobrados a los no-musulmanes). El dinero será abundante hasta que nadie lo aceptará, y una sola posternación a Al-lâh (en oración) será mejor que el mundo entero y todo lo que contiene.”